Cómo decorar cupcakes (1)

Podríamos decir que el éxito de los cupcakes reside en la combinación de su delicioso sabor y de su bonita presencia. Por ello es muy importante cuidar el momento de la decoración para que nos los comamos con los ojos y con la boca.

Los cupcakes se componen, principalmente, de dos partes, la masa o bizcocho y la cobertura. Existen muchos tipos de cobertura pero hoy voy a hablar de una de las más utilizadas, la buttercream, palabra inglesa cuyo significado sería algo asi como crema de mantequilla ya que se realiza a partir de este ingrediente mezclado con azúcar glass, aunque existen infinidad de variaciones.

Receta básica de buttercream:

250 gr de mantequilla (no margarina)

300 gr de azúcar glass

1 cucharadita de estracto de vainilla

40 ml de leche

Cuando ya tengamos nuestra buttercream lista procederemos a la decoración de los cupcakes, si tenemos colorantes en pasta podemos teñirla del tono que más nos guste y si no también quedará bonita. La verdad es que existen tantas boquillas como formas de adornar un cupcake pero quizás la más esencial es la de forma de estrella, con ésta podemos hacer adornos vistosos y sencillos.

1. La primera técnica sería para crear cupcakes con copete, para ello solo necesitamos una manga pastelera y una boquilla de estrella. Rodeamos la magdalena con la manga desde fuera y vamos haciendo una espiral hasta terminar en pico. Es muy sencillo y para mi quedan unos cupcakes preciosos.

2. La segunda forma sería comenzando desde el centro y  rodeando la base poco a poco hacia fuera, el resultado será una bonita y decorativa rosa, el mejor consejo para que salga perfecta es ser cuidadoso y ensayar mucho.

Si no disponemos de manga pastelera ni boquillas podemos buscar formas más rudimentarias de decoración, esta es una de ellas. Simplemente cubrimos el bizcocho con la buttercream y lo untamos en un bol en el que previamente habremos echado fideos de colores o alguna otra decoración comestible (sprinkles).

Espero que os hayan ayudado las ideas, la verdad es que hay muchas más formas de decoración pero para no hacerlo muy largo les dedicaré otra entrada.

Receta de Croissants

 El croissant es un clásico que por muchos años que pasen seguirá siendo una de nuestras opciones favoritas para disfrutar de un buen desayuno de domingo. Además está buenísimo solo, con mermelada, relleno de chocolate o incluso como tentempié salado. Por todo ello aprender a hacer un buen croissant es un básico para todos aquellos que disfrutamos de la repostería.

Aunque mucha gente cree que se trata de un invento francés, en realidad el croissant tiene su origen en Viena cuando en el siglo XVII, tras derrotar a los turcos, Juan III Sobiesky encargó unos panecillos en forma de media luna (emblema de este país) para celebrar la victoria.

Hacer masas de este tipo es un poco laborioso pero no excesivamente difícil, yo animo a todo el mundo a que lo intente por que es muy gratificante disfrutar de unos deliciosos croissants recién hechos cocinados por tus propias manos. Bon apetit!

Ingredientes

250 gr harina floja 
250 gr harina de fuerza
25 gr levadura de panadería
100 gr de mantequilla y 410 gr
3 dl de leche entera
100 gr agua mineral
10 gr sal
1 huevo

 Lo primero que tenemos que hacer es tamizar las harinas y añadirlas a un bol junto con el agua, la leche, la levadura y el huevo. Con el accesorio del gancho o de la pala que suelen tener las batidoras tipo Kitchen-Aid, se amasa todo a velocidad media alta durante unos cinco minutos. Después se añade la sal y se sigue batiendo un par de minutos más. Para saber si la masa está hecha lo que se suele hacer es coger un poquito con los dedos hacer una bolita y estirarla, si tiene flexibilidad y no se rompe estará lista. De todas formas cuando la masa se va recogiendo alrededor de la pala suele ser porque ya está.

Después en un bol ponemos los 100 gramos de mantequilla y sobre ella ponemos la masa. La dejamos en un lugar cálido envuelto en papel film reposando durante toda la noche o hasta que doble su volumen. El siguiente paso y el más trabajoso es amasar aunque lo primero es añadir más mantequilla, se suele incorporar la mitad del peso total de la masa. Se aplana la mantequilla y se deja una especie de cuadrado. Cogemos la masa y cuando esté alisada, se pone en medio la mantequilla y la doblamos por la mitad. Comenzamos a amasar con un rodillo y cuando más o menos esté lisa, se dobla por un lado hasta la mitad y luego por el otro dejando un centímetro entre ellos como un libro.Continuamos amasando en una superficie tipo mármol o la encimera de la cocina, es recomendable ir echando harina para que no se pegue. Volvemos a repetir la operación de plegar la masa y amasamos un poco más. Después doblamos la masa y la metemos en la nevera unos diez minutos. 

Cuando sacamos la masa,  la alisamos en forma de rectágulo vamos cortando triángulos. Cada triángulo será un croissant asi que más o menos calcularemos de que tamaño los vamos a hacer. Entonces ya solo queda ir enrollándo los triángulos desde la parte más ancha hasta la punta. Los vamos colocando en una bandeja espolvoreada con harina y los pintamos con huevo y un poco de nata líquida. Después los ponemos en el horno que previamente calentado a 200º y los dejamos unos 20 minutos a 180º. Y ya tenemos nuestros croissants caseros calentitos y listos para comer!

Macarons de almendra

Este es mi segundo intento de hacer macarons y la verdad es que estoy contentísima!!! Esta vez me han salido mucho mejor y he conseguido esa textura característica que los hace tan especiales. Pero no me voy a emocionar demasiado, habrá que probar una tercera vez para confirmar mis conocimientos.

Entre todas las apetecibles recetas del libro de Annie Rigg "Macarons, un postre delicioso y chic" , en esta ocasión me he decantado por los macarons de almendra y tengo que reconocer que están exquisitos, Bon apetit!!!

Macarons de almendra
220 gr de azúcar glass
130 gr de almendras molidas
120 gr de claras de huevo
1 pizca de sal
40 gr de azúcar

Praliné de almendra (relleno)
50 gr de almendras crudas
50 gr de azúcar 
1 cucharada de agua
125 ml de nata líquida 

 Lo primero que tenemos que hacer es poner en un bol la almendra molida y el azúcar glass tamizado y mezclar a velocidad media, de vez en cuando remover el fondo y continuar mezclando. Después se vuelve a tamizar todo y se reserva. Mientras tanto, ponemos a batir las claras con una pizca de sal hasta que tengan una consistencia parecida al jabón, en ese momento añadimos el azúcar y seguimos batiendo hasta que queden bien montadas. Cogemos las claras y las juntamos con la masa de almendras y azúcar glass (en este paso hay que tener mucho cuidado para que no se baje todo). Hay que mezclarlo con una espátula e ir haciendo movimientos envolventes alrededor del bol hasta que todo quede bien integrado. 

Ponemos el horno a precalentar y mientras tanto vamos echando la masa en un molde para macarons o bien en un papel de horno en el que habremos dibujado círculos con un tapón de botella. Yo los horneé unos 18 minutos a 145º pero como siempre digo dependerá del horno.

Para hacer el relleno cogemos las almendras, las ponemos en una bandeja de horno cubierta con papel y las metemos unos cinco minutos hasta que estén doraditas. Después ponemos en un cazo el azúcar con una cucharada de agua y lo calentamos a fuego medio hasta que se disuelva. Cuando ocurra esto subimos el fuego hasta que adquiera un color ámbar y añadimos las almendras. Las embadurnamos bien y ponemos la mezcla en una bandeja de horno que previamente habremos untado con aceite. Esperamos hasta que enfríe y lo trituramos. Mientras tanto batimos un poco la nata, añadimos las almendras y batimos un poco más hasta que quede una masa compacta. Finalmente solo tenemos que rellenar los macarons y a comer!