El croissant es un clásico que por muchos años que pasen seguirá siendo una de nuestras opciones favoritas para disfrutar de un buen desayuno de domingo. Además está buenísimo solo, con mermelada, relleno de chocolate o incluso como tentempié salado. Por todo ello aprender a hacer un buen croissant es un básico para todos aquellos que disfrutamos de la repostería.
Aunque mucha gente cree que se trata de un invento francés, en realidad el croissant tiene su origen en Viena cuando en el siglo XVII, tras derrotar a los turcos, Juan III Sobiesky encargó unos panecillos en forma de media luna (emblema de este país) para celebrar la victoria.
Hacer masas de este tipo es un poco laborioso pero no excesivamente difícil, yo animo a todo el mundo a que lo intente por que es muy gratificante disfrutar de unos deliciosos croissants recién hechos cocinados por tus propias manos. Bon apetit!
Ingredientes
250 gr harina floja
250 gr harina de fuerza
25 gr levadura de panadería
100 gr de mantequilla y 410 gr
3 dl de leche entera
100 gr agua mineral
10 gr sal
1 huevo
Lo primero que tenemos que hacer es tamizar las harinas y añadirlas a un bol junto con el agua, la leche, la levadura y el huevo. Con el accesorio del gancho o de la pala que suelen tener las batidoras tipo Kitchen-Aid, se amasa todo a velocidad media alta durante unos cinco minutos. Después se añade la sal y se sigue batiendo un par de minutos más. Para saber si la masa está hecha lo que se suele hacer es coger un poquito con los dedos hacer una bolita y estirarla, si tiene flexibilidad y no se rompe estará lista. De todas formas cuando la masa se va recogiendo alrededor de la pala suele ser porque ya está.
Después en un bol ponemos los 100 gramos de mantequilla y sobre ella ponemos la masa. La dejamos en un lugar cálido envuelto en papel film reposando durante toda la noche o hasta que doble su volumen. El siguiente paso y el más trabajoso es amasar aunque lo primero es añadir más mantequilla, se suele incorporar la mitad del peso total de la masa. Se aplana la mantequilla y se deja una especie de cuadrado. Cogemos la masa y cuando esté alisada, se pone en medio la mantequilla y la doblamos por la mitad. Comenzamos a amasar con un rodillo y cuando más o menos esté lisa, se dobla por un lado hasta la mitad y luego por el otro dejando un centímetro entre ellos como un libro.Continuamos amasando en una superficie tipo mármol o la encimera de la cocina, es recomendable ir echando harina para que no se pegue. Volvemos a repetir la operación de plegar la masa y amasamos un poco más. Después doblamos la masa y la metemos en la nevera unos diez minutos.
Cuando sacamos la masa, la alisamos en forma de rectágulo vamos cortando triángulos. Cada triángulo será un croissant asi que más o menos calcularemos de que tamaño los vamos a hacer. Entonces ya solo queda ir enrollándo los triángulos desde la parte más ancha hasta la punta. Los vamos colocando en una bandeja espolvoreada con harina y los pintamos con huevo y un poco de nata líquida. Después los ponemos en el horno que previamente calentado a 200º y los dejamos unos 20 minutos a 180º. Y ya tenemos nuestros croissants caseros calentitos y listos para comer!
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